Oración 1: «Ante la majestuosidad de la Rosa de Jericó, símbolo de fortaleza y renacimiento, elevo mi espíritu con gratitud y devoción. En este momento sagrado, doy la bienvenida a esta planta ancestral a mi hogar, como guardiana de bendiciones y energías positivas. Que cada rama despierte en nuestro espacio la magia de la renovación y la prosperidad. Con humildad, solicito a la Rosa de Jericó que extienda sus raíces simbólicas en cada rincón de nuestra casa, bendiciéndonos con armonía, amor y abundancia. Que su presencia sea un faro de luz que guíe nuestras vidas hacia la plenitud. Agradezco a la naturaleza por este regalo y confío en que la Rosa de Jericó infundirá en nuestro hogar su sabiduría y protección.»

Oración 2: «En el santuario de nuestra morada, nos postramos ante la Rosa de Jericó, emblema de resistencia y prosperidad. Con alegría y respeto, le damos la bienvenida a nuestro hogar, confiando en su capacidad para purificar y bendecir cada rincón. Que sus hojas se desplieguen como un manto de protección, disipando las energías negativas y atrayendo la luz del bienestar a nuestras vidas. Que cada día que comparta con nosotros sea un nuevo renacer, colmando nuestro espacio con su energía revitalizante. Agradecemos a la Rosa de Jericó por su presencia y pedimos que su influencia positiva nos envuelva con su gracia. Que esta planta sea un símbolo de esperanza y abundancia en nuestro hogar.»