La rosa de Jericó (Selaginella lepidophylla) no es realmente una rosa, sino una planta de la familia Selaginellaceae. Es conocida por su capacidad de secarse y enrollarse en condiciones de sequedad y luego revivir cuando se vuelve a hidratar.
La rosa de Jericó es una planta que generalmente se encuentra en regiones desérticas de América Central y América del Norte. En su entorno natural, la planta se adapta a suelos arenosos y bien drenados. Sin embargo, a pesar de su capacidad de secarse y revivir, no es una planta que se plante en tierra como lo harías con otras plantas de jardín típicas por lo que no se recomienda hacerlo.
Para cultivar la rosa de Jericó, generalmente se coloca en un recipiente con agua para que se rehidrate. En este estado hidratado, la planta puede mostrar un follaje verde y exuberante. Cuando se seca, el follaje se enrolla y adquiere un aspecto más seco y marrón.
Pero si quieres plantar la Rosa de Jericó en tierra es una planta resistente que requiere pocos cuidados, pero es importante proporcionarle las condiciones adecuadas para su crecimiento y desarrollo óptimos. Aquí hay algunas pautas sobre los cuidados y el clima adecuados para la rosa de Jericó:
- Clima y ubicación: La rosa de Jericó es nativa de regiones desérticas y prefiere un clima cálido y seco. Se desarrolla mejor en áreas con temperaturas diurnas cálidas y noches más frescas. La planta puede tolerar temperaturas extremas, pero prefiere evitar condiciones extremadamente frías o húmedas.
- Suelo: La rosa de Jericó prefiere suelos arenosos y bien drenados. Asegúrate de que el suelo tenga un buen drenaje para evitar el encharcamiento, lo que puede ser perjudicial para la planta.
- Exposición al sol: Esta planta prospera a pleno sol. Colócala en un lugar donde reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día.
- Riego: La rosa de Jericó es capaz de sobrevivir a largos períodos de sequía debido a su habilidad para contraerse y volver a la vida cuando se expone al agua. Sin embargo, en cultivo, se debe regar ocasionalmente para mantener el suelo ligeramente húmedo durante la temporada de crecimiento activo. Evita el riego excesivo, ya que el exceso de humedad puede pudrir las raíces.
- Fertilización: No es necesario fertilizar la rosa de Jericó con frecuencia. Un fertilizante equilibrado aplicado una vez al año en primavera puede ser suficiente para proporcionar los nutrientes necesarios.
- Poda: La rosa de Jericó no requiere poda regular, pero puedes eliminar las ramas muertas o dañadas según sea necesario para mantener una apariencia ordenada.
Por lo que para cultivar con éxito la rosa de Jericó en tierra, es fundamental proporcionarle un clima cálido y seco, un suelo bien drenado, exposición al sol y riego ocasional pero moderado. Con estos cuidados básicos, esta planta puede prosperar y deleitarte con su capacidad única de resurgir después de períodos de sequía.
Si estás interesado en tener una rosa de Jericó, puedes comprarla en tiendas especializadas en plantas o en línea. Sigue las instrucciones específicas de cuidado proporcionadas por el proveedor, pero en general, la rosa de Jericó se mantiene sumergida en agua durante un tiempo para revitalizarla y luego se puede permitir que se seque de nuevo antes de volver a hidratarla.