La Rosa de Jericó (Selaginella lepidophylla) es una planta que, a pesar de su apariencia seca, tiene la capacidad de revivir cuando se le expone al agua. Sin embargo, si notas moho en tu Rosa de Jericó, es importante abordar la situación para preservar la salud de la planta. Aquí hay algunos pasos que puedes seguir:
- Retira el exceso de agua: La Rosa de Jericó necesita agua para revivir, pero el exceso de humedad puede favorecer el crecimiento de moho. Asegúrate de no dejar agua estancada en el recipiente donde colocas la planta.
- Permite que se seque completamente: Retira la Rosa de Jericó del agua y colócala en un lugar cálido y seco para que se seque completamente. Asegúrate de que esté en un ambiente bien ventilado.
- Limpia la Rosa de Jericó: Si es posible, limpia la planta con un paño suave y seco para eliminar cualquier residuo de moho. Ten cuidado de no dañar las frondas frágiles de la planta.
- Cambia el agua: Si decides volver a poner la Rosa de Jericó en agua, asegúrate de utilizar agua limpia y cambiarla regularmente para evitar la acumulación de bacterias y moho.
- Reduce la humedad ambiental: Si el moho persiste, considera la posibilidad de reducir la humedad en la habitación donde se encuentra la planta. Mejorar la ventilación y reducir la humedad relativa puede ayudar a prevenir el crecimiento de moho.
- Utiliza fungicidas naturales: Si el moho persiste, puedes probar tratamientos naturales como aceite de neem o bicarbonato de sodio diluido en agua para rociar la planta y el área circundante.
- Aísla la planta: Si tienes otras plantas en la misma área, aísla la Rosa de Jericó para evitar la propagación del moho a otras plantas.
Si, a pesar de estos esfuerzos, el moho persiste y la salud de la planta se ve comprometida, es posible que sea necesario considerar la posibilidad de replantarla en una nueva maceta con tierra fresca y asegurarse de proporcionar las condiciones adecuadas de humedad y cuidado.